Discriminar es dar un trato desigual a personas o colectivos. Se entiende fundamentalmente desde su vertiente negativa, sinónimo de "separar", que evidencia un trato negativo, despectivo o de rechazo hacia personas y colectivos que consideramos diferentes y a los que negamos la posibilidad de gozar de los mismos derechos que nosotros/as. Pero también existe la llamada "discriminación positiva" esta viene de las corrientes feministas, que en los años 80 exigieron que los datos estadísticos oficiales se desglosaran y mostraran los indicadores económicos (de desempleo, pobreza etc.) separados por sexos para así mostrar más claramente la desigualdad entre ambos. Un ejemplo de discriminación positiva es el establecimiento de cuotas por sexos en diferentes ámbitos, o la reserva de plazas en puestos públicos para personas con discapacidad. El objetivo es que sean medidas transitorias que resten el extra de dificultades que sufren ciertos colectivos.
Hay varios tipos de discriminación;
Discriminación directa: trato desigual detectable (promocionar a un hombre en vez de a una mujer aunque su cualificación o destrezas sean menores)
Discriminación indirecta: trato desigual encubierto. Por ejemplo incluir como requisito de una plaza una característica concreta de un candidato/a que se quiere que ocupe el puesto, aunque no sea fundamental para el desempeño de la tarea (un/a técnico de igualdad que sepa artes marciales o idioma rumano)
La interseccionalidad o discriminación múltiple: confluencia de factores que se potencian entre sí; orientación sexual (homofocia), raza o etnia (racismo), género (sexismo) etc.